SUS LUCHAS Y PASIONES / libertad de prensa

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Así fue cómo el gobierno de Rojas Pinilla multó a El Espectador

Luego de cerrar el periódico El Tiempo la dictadura sancionó económicamente a este diario.

A

 finales de 1955, sorpresivamente la dependencia oficial que manejaba la censura y la prensa oficial, sancionó a El Espectador con una multa de $10.000 porque supuestamente había desconocido la prohibición de divulgar hechos que afectaban el orden público.

Ese mismo día, por la misma causa, fue también multado El Correo de Medellín. La respuesta de El Espectador fue un editorial titulado El Tesoro del Pirata, a través del cual registró como en los días de Rojas en el poder, eran escasos los que no habían producido un agravio contra el periodismo.

 

La otra reacción de El Espectador, su director Guillermo Cano y el autor del editorial, su padre Gabriel Cano, fue fortalecer la Comisión Nacional de Prensa y crear un Fondo Prolibertad de Prensa, para pagar las multas de aquellos periodistas y periódicos que no pudieran hacerlo. Cuando caía el telón de 1955 y El Espectador informaba sobre una venta clandestina de juguetes que industriales alemanes habían donado al gobierno para promover la Navidad entre los niños pobres, vino el nuevo ataque de la dictadura.

 

El 6 de enero de 1956, la dirección general de impuestos notificó a El Espectador la imposición de una multa de $100.000 por supuestos omisiones en la declaración del impuesto de renta correspondiente a 1953. La respuesta fue un duro editorial titulado “La Isla del Tesoro”, que la censura no dejó publicar. En protesta por lo sucedido ese mismo 6 de enero El Espectador clausuró sus ediciones por tiempo indefinido. Los dos periódicos bogotanos y unos cuantos más seguían soportando el recorte a la libertad.