SUS LUCHAS Y PASIONES / libreta de apuntes

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Libreta de apuntes, Diciembre 16 de 1979

GUILLERMO CANO

“E

L TESORO DEL SENADO”.-Sería injusto, pero además sería desconocimiento de una “realidad nacional”, negarle al doctor Héctor Echeverri Correa, actual presidente del Congreso de la República -como que lo es del senado- una capacidad inagotable de originalidad en sus actividades pública, ni una imaginación sin límites para crear hechos y permanecer en el primer plano de la política nacional y sobre todo de la liberal.

Nada hay reprochable ni en lo uno ni en lo otro. Pero a veces como que se le va un poquito la mano. Por ejemplo, cuando soberanamente  -soberano que es él- resolvió establecer el día de la Bandera – ¿había ley preexistente que lo autorizara?”, preguntaba un leguleyo a la colombiana – y monto uno de los más grandes espectáculos de Colombia con condecoración suprema del Congreso para imponerla en tal solemne día en el pecho del excelentísimo señor presidente de la Republica, doctor Julio César  Turbay, de quien ha sido, es y quién sabe si seguirá siendo obsecuente y seguro servidor.

 

La institucionalización del Día de la Bandera –que no pocos de los colombianos confundieron con el Día de la Banderita, una antigua celebración de carácter benéfico establecida por la Cruz Roja Colombiana en donde quien paga es el ciudadano común y en la que no gasta ni un centavo el Estado-, no es tampoco idea brillantísima objetable del senador Héctor Echeverri. Nadie que se sienta colombiano, negaría rendir honores a la bandera “flote en las manos que flotare”.

 

Pero, ¿Cómo ignorar la forma y el fondo que el presidente del Senado de la República empleó para rendirle homenaje al tricolor nacional?, hay dos documentos – cuando menos- que constituyen no solo una indelicadeza sino una imprudencia de parte del senador Echeverri Correa, uno de los cuales nos abstuvimos de divulgar y de responder para no ofender a la Bandera de tan desabrochada manera utilizada, en el día en que dizque se le iba a rendir el gran homenaje nacional.

Como no escapara a la inteligencia de los lectores, esos dos documentos ponían el “tesoro del Senado” al servicio de la promoción publicitaria y a la creación de imagen para el propio presidente de esa corporación.

 

TEXTO ANTE LOS OJOS. – Pocos días antes del “Show” en el Capitolio y en la Plaza de Bolívar del Día de la Banderita –perdón, de la Bandera- recibimos este insólito mensaje, insólito por su procedencia como por sus alcances que acaso alguien con más jerarquía legal que nosotros, o con mayor poder compulsivo para defender los dineros públicos, podría investigar y obrar en consecuencia.

“Señor don

Guillermo Cano Isaza

Director “El Espectador”

 

La Ciudad

Como estoy cierto de su devoción por la patria, me permito reiterarle la invitación que le formule para que acompañe al Congreso de la República en el homenaje que nuestras instituciones democráticas le tributarán a la Bandera Nacional como símbolo insustituible de la nacionalidad.

Igual mente deseo encarecer su colaboración en el sentido de que esa tribuna del pensamiento que usted tan acertadamente dirige, se asocie al gran acontecimiento que deberá realizarse en la fecha indicada.

 

Para el congreso será muy satisfactorio que ese periódico se asocie a los actos en referencia, publicando un aviso con el tricolor nacional, con la leyenda que usted estime conveniente, en concordancia con el programa que me permito adjuntarle. Dicho aviso, también podría ser sufragado por el tesoro del Senado, si usted así lo tiene a bien.

Le anticipo agradecimientos y me suscribo como su atento amigo y seguro servidor, Hector Echeverri Correa, presidente del Congreso nacional.

 

Respecto de nosotros era completamente obvio que nos íbamos a pasarle cuenta de cobro alguna al “tesoro del Senado” por una publicación o por muchas publicaciones de “avisos con el Tricolor Nacional”. No sabemos si otros medios de comunicación impresos, radicales o televisivos, pasaron tales cuentas. Nosotros nos limitamos simplemente a reseñar antes y después los sucesos –más bien insucesos- del Día de la Banderita – perdón de la Bandera. Pero quedo en papel oficial del Senado de la República y con la firma del doctor Héctor Echeverri Correa que estaba dispuesto a disponer del “tesoro del Senado” para promocionar la propaganda a un homenaje a la Banderita –perdón a la Bandera Nacional, la ofensa innecesaria y burda a “El Espectador” era clara al sugerir el alto dignatario que el Congreso estaba listo a pagar la publicidad que en este diario se hiciera. Como claro es el abuso que el presidente del Senado hacia disponer con mano rota del “tesoro del Senado”.

 

Anterior al mensaje transcrito, redactores y ejecutivos de “El Espectador” –y debemos suponer que los miembros de los demás medios de comunicación- recibimos un constante, abundante y costoso bombardeo de cablegramas –todo por cuenta del “tesoro del Senado” –para invitarnos a concurrir a los actos del  Día de la Banderita – perdón de la Bandera.

 

Y el columnista de “El Tiempo” Daniel Samper denunciaba como el presidente del Senado estaba ofreciendo astas para banderas a quienes concurrieran con el pabellón Nacional a celebrar el Día de la Banderita –perdón de la Bandera-, todo ello por cuenta del “Tesoro del Senado”.

 

El texto de la circular revelada por Daniel Samper  es el siguiente:

“El día martes 11 de diciembre próximo, el Congreso de la República le tributará un homenaje a la bandera de Colombia. Como acto especial dentro del programa será condecorado el señor presidente de la República, doctor Julio César Turbay Ayala, con la Gran Cruz Extraordinaria del Congreso. Por tal motivo, muy atentamente me permito encarecer su patriótico concurso con el objeto de honrar tan histórico acontecimiento, con una representación de su entidad que traiga consigo el pabellón nacional para que se haga presente en la Plaza de Bolívar, desde las 11 a.m. hasta la 1 p.m. en la seguridad de que el Senado de la República le suministrara las respectivas astas.

Para el Congreso Nacional será motivo de gran satisfacción su amor por nuestra patria. La asistencia puede confirmarse al teléfono 2-41-4305. Mientras recibo sus gratas sugerencias, atento servidor y amigo, Héctor Echeverri Correa, presidente del Congreso Nacional”.

 

EPILOGO.- ¿Cuánto le costó al “tesoro del Senado” la celebración del Día de la Banderita –perdón de la Bandera- organizado, promovido y protagonizado por el señor presidente del Congreso, con la participación estelar del presidente de la República, doctor Turbay Ayala, posiblemente ajeno a todo el tejemaneje entre telones de esta farsa grotesca que más ofendió que honró a la Bandera de Colombia?

¿Lo dirá el contralor general de la República? ¿O el propio presidente del Senado o Congreso se lo dirá a la opinión pública?

No es cuestión de ponerles a las respuestas a estos interrogantes la cabeza caliente de las “rectificaciones” groseras o de las amenazas de la violencia física o los desafíos a duelo, o la venganza por la propia mano. Lo decidimos porque conocemos el talante temperamental del senador Echeverri.

Ahí están unos documentos auténticos, autentificables, sobre los cuales la opinión pública pide una explicación, aunque no hay posiblemente ninguna satisfactoria.

 

La Bandera Colombiana es algo muy serio como para montar sobre ella una costosa comedia tan ridícula como innecesaria que infortunadamente se desarrolló “en vivo y en directo” nada menos ni nada más que en las escalinatas del Capitolio nacional y en la Plaza que lleva el nombre del Padre de la Patria, y teniendo como primer actor al señor presidente de la República.